Durante los próximos dos años tendremos un importante número de elecciones que se llevarán a cabo en la zona del Triángulo Norte y México (TNM).
Este ciclo electoral comenzará con las elecciones generales de Honduras (Noviembre 2017); elecciones legislativas y municipales en El Salvador (Marzo 2018); elecciones generales en México (Julio 2018); elecciones presidenciales en El Salvador (Marzo 2019); y elecciones generales en Guatemala (Mayo 2019).
¿Por qué concentrarse en el análisis político/electoral de esta región solamente? Lo hago ya que los cuatro países presentan problemáticas similares y la gran mayoría de la población busca que las nuevas autoridades solucionen y mejoren la profunda crisis política, social y económica en la que se encuentran sumergidos. Los principales problemas del TNM son el crimen, inseguridad, corrupción, impunidad y migración, común denominador en estos cuatro países.
¿Presentan los grupos políticos o candidatos independientes soluciones efectivas para enmendar la crisis interna en estos cuatro países? ¿Hay soluciones viables a corto, mediano y largo plazo para que los candidatos impulsen políticas con visión de país? ¿Es posible recuperar la confianza ciudadana para con los partidos políticos e instituciones de gobierno en el corto plazo? Todas estas preguntas tienen como respuesta un rotundo NO. Muchas encuestas en el continente indican que los índices más bajos de aceptación son para con los partidos políticos y autoridades de gobierno que en su mayoría no han sabido resolver los problemas sociales ni fortalecer los procesos democráticos de estos países en los últimos veinte años. Marta Lagos, Directora de Latinobarómetro, señala que “es tarea de los partidos políticos relegitimarse, respondiendo a las demandas de la ciudadanía lo que significa deshacerse de las personas que han cometido faltas a la ética, faltas a la moral y a las leyes”. Esto último, está expresamente relacionado con los altos índices de corrupción y violencia donde no se vislumbran cambios estructurales importantes y que tienen a estos países inmersos en un estado de inoperancia política y social sistémica.
La preocupación más importante para las elecciones que se avecinan en el TNM es la tendencia generalizada de la apatía electoral, especialmente del grupo más numeroso de votantes que son los jóvenes. Existen varias teorías sobre las razones de esta creciente apatía electoral y una de las principales es que los mismos partidos políticos, representados por líderes corruptos y poco éticos, se han encargado de alejar a la juventud y ciudadanía en general de participar en los procesos electorales. La falta de formación y capacitación de cuadros internos, la pérdida de la ética política y la corrupción son algunas de las causas que motivan el desinterés en participar en procesos electorales. Es importante resaltar que la importancia de los partidos políticos en cualquier elección es clave ya que son indispensables para nuestras democracias. La respuesta está en que ellos mismos se han dedicado a debilitarse y en muchos casos a auto eliminarse. Ya no son representativos ya que los votantes independientes aumentan año tras año.
¿Cómo recuperamos el interés de nuestros jóvenes para que participen en futuros procesos electorales? Este es un trabajo de todos, especialmente de las autoridades, sociedad civil organizada, universidades, medios de comunicación y sector privado que pueden y deben ayudar a impulsar proyectos más inclusivos. Proyectos que inviten a los jóvenes a participar en temas que no estén solamente relacionados con el aspecto electoral, sino que dichas acciones deben estar más enfocadas a la participación y al voluntariado local o municipal. Este acercamiento entre jóvenes con autoridades municipales o locales es clave para el fortalecimiento de estas relaciones, ya que ayuda en la recuperación de la confianza entre autoridad y ciudadanía. La autoridad debe ser sensibilizada para que ayude a empoderar a los ciudadanos y los haga participe de esta alicaída democracia participativa.
El Instituto Republicano Internacional (IRI) ha impulsado fuertemente este tipo de programas en la región del Triángulo Norte y en México en los últimos cinco años. Involucrar a otros actores en procesos participativos, tales como a universidades y al sector privado, ha ayudado a fomentar estas nuevas relaciones y contactos, que poco a poco comienzan a dar frutos ya que han contribuido a promover mejores relaciones entre autoridades y ciudadanía. Esta relación también ha ayudado a que jóvenes comiencen a involucrarse y a participar más y mejor en sus comunidades, y esto incluso ha ayudado a disminuir focos de violencia en lugares más deprimidos y olvidados de la sociedad. Por ende, la juventud se ha apropiado de este nuevo proceso ya que ven que su participación es tomada en cuenta y de esa forma se han convertido en parte importante de los trabajos locales en el TNM. Todos los sectores de la sociedad deben contribuir para eliminar focos de corrupción a través de políticas públicas más elaboradas y transparentes, y deben crear herramientas de gobierno abierto que ayuden a la ciudadanía a supervisar lo que hacen las autoridades con los recursos públicos. Finalmente se deben explorar más espacios para que programas de responsabilidad social empresarial apoyen y fortalezcan iniciativas públicas.
En resumen, el descontento de los jóvenes con los sistemas políticos en el TNM es generalizado ya que no encuentran opciones que les atraigan y ven a los partidos políticos como vehículos que no los representan debido a los altos índices de corrupción, violencia, pobreza y migración en sus países. La juventud (los Millennials), además de participar activamente en las redes sociales, también deben involucrarse en trabajos comunitarios para “hacer política o voluntariado social” desde la base, esa es una tarea pendiente. La juventud necesita nuevas ofertas políticas que los partidos deben articular de mejor manera para captar nuevamente a este importante caudal de ciudadanos que no están interesados en participar en política. Si los partidos políticos no reaccionan y no se reinventan, seguirán sufriendo el desencanto popular y muchos corren el riesgo hasta de desaparecer. En estos momentos existe una nueva política y hay nuevos retos. Esto significa que debemos buscar y encontrar prontas soluciones, sino la situación de apatía generalizada se volverá una crisis institucional que afectará con más fuerza y de forma más negativa la vida política, social y económica del TNM.
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